Con la práctica de cantar armónicos podemos cambiar nuestras propias frecuencias, podemos aprender a modificar nuestro ritmo vibratorio por medio de los sonidos generados por el canto. La vibración que generan los sonidos armónicos armoniza la estructura física, mental y emocional, lo que nos lleva a un estado energético más armónico.
El canto favorece más la secreción de endorfinas. La endorfina es una hormona que favorece el bienestar de las personas, genera un estado profundo de relajación física y mental y nos lleva rápidamente a un estado de serenidad, alegría y paz.
Nuestra voz es el instrumento más rico para generar sonidos armónicos y todas las personas podemos emitir estos sonidos (a no ser que tengamos un grave problema en las cuerdas vocales), además es una técnica que podemos aprender fácilmente para llevar siempre con nosotros.
El canto de armónicos, utilizado con intención, se convierte en una herramienta muy poderosa para hacer terapia, la vibración de estos sonidos proyectados sobre una persona pueden modificar las frecuencias de sus diferentes cuerpos (físico mental, emocional) volviéndolas más armoniosas.